miércoles, 29 de abril de 2020

VENEZUELA LLEGA A 331 CASOS DE COVID-19 ESTE 29 DE ABRIL

Texto: Mariana Souquett G./Efecto Cocuyo

La vicepresidenta de la administración de Nicolás Maduro, Delcy Rodríguez, informó que este miércoles 29 de abril se registraron dos contagios nuevos de COVID-19, con lo cual Venezuela llega a 331 casos de la enfermedad causada por el nuevo coronavirus.

El primer caso es un hombre de 54 años, trabajador de la misión médica cubana en Venezuela. Fue diagnosticado en un hospital centinela y ahora está internado en un Centro de Diagnóstico Integral (CDI). Aunque no especificó la entidad, según el Sistema Patria el contagio se produjo en Caracas.

El segundo reporte corresponde a un joven de 23 años, natural del estado Cojedes, pero que ingresó al país por el estado Táchira. Está en un CDI en la localidad de Ureña, en Táchira.

Durante el parte diario de la Comisión Presidencial para el Seguimiento, Control y Prevención del COVID-19, Rodríguez aseguró que Venezuela registra 105 pacientes asintomáticos, 69 con insuficiencia respiratoria leve, tres con insuficiencia respiratoria moderada y dos en terapia intensiva.

Añadió que diariamente se revisan los protocolos por los números de casos y destacó que pronto anunciarán medidas sobre la cuarentena.

“En los próximos días el presidente Nicolás Maduro estará haciendo anuncios sobre la evolución de la cuarentena, sobre nuevas medidas. Estamos estudiando todas las experiencias conocidas a nivel internacional y estamos evaluando las más procedentes para Venezuela”, dijo.

Venezuela llega a 331 casos de COVID-19 este #29Abr

La funcionaria aseguró que el país ha realizado 458.737 pruebas diagnósticas, sin decir de qué tipo. Agregó que entre los 331 casos hay 142 recuperados, 89 pacientes en hospitales, 66 en CDI y 24 en clínicas privadas. La cifra de fallecidos sigue en 10.

Crítica a Trump

Delcy Rodríguez además criticó al presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Indicó que la toma tardía de medidas generó que Estados Unidos concentrara “un tercio” de los casos de la enfermedad, que a nivel mundial suma más de tres millones de casos confirmados según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

“Venezuela tiene recursos en el mundo cómo defenderse, cómo comprar alimentos, cómo comprar medicamentos, cómo atender sus servicios esenciales, pero están bloqueados por orden de los EEUU”, señaló.

Venezuela está en estado de alarma nacional desde el pasado 13 de marzo, día en el que se confirmaron los dos primeros casos de la enfermedad causada por el nuevo coronavirus en el país. El 26 y 27 de abril, el gobierno venezolano experimentó con medidas temporales de flexibilización de la cuarentena para niños y adultos mayores.

Fuente: Efecto Cocuyo

martes, 28 de abril de 2020


APRECIACIÓN ECONÓMICA DEL ECO. M. SUTHERLAND
SOBRE EL AUMENTO SALARIAL

Algunos dicen que Chávez amaba a los obreros y que Maduro los detesta. Por eso, según ellos, antes les subían los salarios y ahora no. La realidad es que la caída salarial (a dólares no oficiales), período 2001 (diciembre) al 2012 diciembre (plena bonanza), es de - 55 %. En 2013 Maduro seguía exactamente la política económica de HCF, con un precio del barril muy alto, sin sanciones y con una producción petrolera aún importante. Aún así, a diciembre de 2013, el salario (a dólares no oficiales) ya había caído en - 84 %. Una destrucción total del ingreso obrero que se aprecia en el gráfico que colocamos en este brevísimo escrito.

Es imposible que cualquier Presidente que continuase con esas políticas económicas, tuviera un resultado distinto a una caída del - 84 %, ya que los aumentos de salario nominales basado en ampliaciones de dinero sin respaldo en la producción, son rápidamente absorbidos por la inflación. La destrucción del salario a 2013 no es más que el resultado de políticas económicas realizadas en años previos (2004-2012), que poco a poco fueron destruyendo por completo el tejido industrial, comercial, agrícola y productivo en general. 

En 2013 había que dar un giro de 180 grados, un cambio absoluto y radical en las políticas económicas que se venían llevando a cabo, el asunto es que Maduro las continuó sin mayores permutas, lo que profundizó a la postre la crisis y nos hundió en la actualidad a no sólo tener el salario mínimo más bajo del planeta, si no a tener uno de los cinco peores resultados en la historia del capitalismo en los últimos setenta años.

Según el BCV, el PIB construcción entre 2013 y primer trimestre de 2019 disminuyó en 97 %, una desaparición sistémica. Si no hay producción, si los obreros no se ocupan productivamente, no pueden tener remuneración que les permitan tan siquiera reproducirse biológicamente. Por ello la dramática emigración masiva y la extrema pobreza evidente en las calles.

La feroz pobreza no se puede resolver con aumentos nominales decretados por el Ejecutivo. Maduro ha aumentado el salario (con el cesta ticket) hasta alcanzar los Bs. 80.000.000.000.000,00

(Si no le hubieran quitado ocho ceros al cono monetario: 2008 (3) y 2018 (5)). El incremento salarial desde diciembre de 2013 hasta la fecha actual ronda los 20 millones por ciento. Es evidente que esos incrementos sólo se han visto acompañados por un deterioro del salario real, es decir, del poder adquisitivo efectivo que el salario permite desplegar. 

Por ende, no hay forma ni manera de incrementar el poder adquisitivo sin un drástico incremento de la producción, productividad y eficiencia. Ello implica un cambio substancial en las políticas económicas que permitan un desarrollo de fuerzas productivas sostenido con base a un aumento en la capitalización de las empresas, la escala productiva y la inversión. Ello no depende de marchas, protestas, huelgas; o de exigir que el Ejecutivo haga un decreto presidencial que incremente los salarios al equivalente de la Canasta Básica, aproximadamente 600 $ mensuales, desde los 4,71 $ actuales. Eso es un desatino de proporciones bíblicas. 

¿Podría Maduro sentar las bases para ese cambio necesario? 

De ninguna manera, en la actualidad de: sanciones, bajos precios del petróleo, importación de gasolina y escasez de energía, y por sobre todo: escasez de capital. No hay dinero con que invertir en nada, ni con que comprar o adquirir maquinarias y pagar salarios acordes a la preparación de obreros especializados. Un gobierno de amplia unidad nacional parece ser la única vía para frenar esta destrucción espantosa de las condiciones de vida de millones de trabajadores, que sin duda podría causar un rebrote emigratorio aún más dramático. 

Dicho gobierno de amplia base pudiera acceder a los fondos congelados en el extranjero por las sanciones, solicitar préstamos importantes a multilaterales (FMI, BM, BID), vender petróleo a futuro a través de títulos fungibles, atraer grandes inversiones de capital para recuperar el aparato productivo y renegociar una moratoria (formal) de la deuda externa con un apoyo inicial de cobertura y mejores tasas de interés. Nada de esto puede realizarlo el gobierno actual. Ni siquiera sus aliados más poderosos (Rusia y China) han mostrado las más mínima intención de emprender una minúscula ayuda económica. 

De no hacerse, el gobierno podría “resistir”, podría apelar a distribuciones muy disminuidas de alimentos, incrementar la fuerza represiva y mantener algunos subsidios. El problema es que una posible mejora de la situación económica no llegaría en el mediano plazo, la economía podría deteriorarse aún más y una pobreza atroz sería la forma estructural de vida por varios años…

Econ. Manuel Sutherland

Director del Centro de Investigación y Formación Obrera (CIFO)

28/04/2020

lunes, 27 de abril de 2020



EPIDEMIA DE ASESINATOS A LÍDERES
TIENE SU EPICENTRO EN EL CAUCA

Por: Sergio Saavedra. Redacción Pares.Com.Co

Las últimas 48 horas han representado una auténtica masacre en Colombia. Este viernes, las autoridades del Cauca confirmaron el asesinato del líder social Floro Samboní Gómez, de 56 años, agricultor y presidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda Loma Larga Bajo, del corregimiento de Llacuanas. El crimen ocurrió en el municipio de Almaguer. El pasado 22 de abril fueron asesinados el líder social Hugo de Jesús Giraldo, en Santander de Quilichao (Cauca); Jesús Albeiro Riascos y Andrés Sabino, integrantes del Consejo Comunitario Afro Renacer del Micay en el Tambo (Cauca). Asimismo, se registró el asesinato Ángel Artemio Nastacuas, el indígena Awá, Tumaco (Nariño).

Alejandro Llinás, líder de la vereda Calabazo, fue asesinado este viernes 24 de abril. Fue encontrado en el sector conocido como el Calabazo, en el corregimiento de Bonda en el área rural de Santa Marta. En los últimos meses el líder había alertado de la reactivación paramilitar en esta zona del departamento. El año pasado Llinás estuvo trabajando el en la entrega de un derecho de petición a Parques Nacionales y el Ministerio del Medio Ambiente frente al Plan de Manejo del Parque Tayrona y de la Sierra Nevada. De acuerdo con la comunidad, el asesinato ocurrió en las horas de la mañana de este viernes 24 de abril.

Los asesinatos

Hugo de Jesús Gildardo López, el líder asesinado en Santander de Quilichao era integrante de la Asociación de Trabajadores Campesino y Pequeños Productores Agrícolas del Municipio de Buenos Aires Cauca -ASTCAP. Además, hacía parte de la Coordinación Social de Marcha Patriótica Cauca y del Proceso de Unidad Popular del Suroccidente Colombiano – PUPSOC.

Precisamente, este asesinato se da luego de que el pasado domingo 19 de abril fuera asesinado el líder social Mario Chilhueso Cruz quien, de acuerdo con las comunidades, trabajaba junto a Hugo de Jesús. Frente al reciente asesinato del líder social, presuntamente, hombres armados que se movilizaban en motocicleta habrían llegado hasta la residencia de Hugo de Jesús ubicada en la vereda San Antonio donde fue ultimado con arma de fuego.

Por otra parte, Jesús Albeiro Riascos y Andrés Sabino fueron asesinados en el marco de una reunión de la organización a la que pertenecían: Afro Renacer con la Guardia Cimarrona en San Juan de Micay.

De acuerdo con las versiones de las comunidades, los hechos habrían sido perpetrados por el Grupo Armado PostFarc (GAPF) Frente Carlos Patiño; quienes habrían llegado hasta el lugar de la reunión a asesinar a los dos jóvenes, presuntamente, por ser ‘colaboradores’ del ELN.

Según la Red por la Vida y los Derechos Humanos de Cauca, la reunión en la que estaban los jóvenes justamente era sobre la situación de riesgo de los liderazgos sociales en la región. A su vez, que los hombres armados durante horas de la noche del 22 de abril estuvieron generando terror a la comunidad y a las familias de los dos jóvenes asesinados. La Red advierte que la situación en el territorio del Cañón de Micay, corredor de economías ilícitas, es insostenible. Hace una semana se registró el desplazamiento forzado de más de 100 personas.

Asimismo, ese mismo 22 de abril, fue asesinado Ángel Artemio en la vereda conocida como El Pulgante en zona rural del municipio de Tumaco. Este asesinato se generó en el marco de unos operativos de erradicación forzada que se estaba siendo llevada a cabo por uniformados del Ejército, de acuerdo con las comunidades de esta región del pacífico nariñense.

Asesinatos no dan tregua en Cauca

De acuerdo con las investigaciones de la Línea de Conflicto, Paz y Postconflicto de la Fundación Paz y Reconciliación, en lo que va corrido del 2020 han sido asesinados 48 líderes y lideresas (Datos del Sistema de Información SIPARES) 17 de estos asesinatos han ocurrido desde el primer caso confirmado por COVID-19 en Colombia el pasado 6 de marzo.



Cauca que es el epicentro del recrudecimiento de violencia letal en contra de los liderazgos sociales. El departamento registra 13 asesinatos en 2020, nueve (9) de estos casos se han perpetrado desde la llegada del coronavirus al país, mientras que la pandemia no ha cobrado ninguna víctima mortal en el departamento, aunque reporta 24 casos de infección según el Ministerio de Salud. Mapa: Pares.




Los municipios caucanos más afectados son El Tambo, Guachené, Santander de Quilichao, Buenos Aires y Piamonte. Asimismo, los perfiles de los liderazgos sociales más victimizados en el departamento del Cauca son líderes indígenas y líderes campesinos. Mapa: Pares.


Otros repertorios de violencia no dan tregua

De los siete (7) casos que registra el departamento del Cauca, todos durante la pandemia del coronavirus, cuatro (4) de ellos han sido atentados. El más reciente en las últimas horas fue contra del líder afro del Norte del Cauca y representante del Consejo Comunitario Yarumito de Caloto, Alfredo Bonilla Balanta. De acuerdo con las comunidades, el hecho victimizante ocurrió en la vía que comunica al municipio de Caloto con Santander de Quilichao.

A estos dos atentados se suman los ocurridos en Medellín el pasado 25 de marzo en contra de Jhon Restrepo, director de la Corporación Casa Diversa. Así como también el del pasado 23 de febrero en Buenaventura en contra de Orlando Castillo, líder social y defensor de DD. HH.

Amenazas

Por su parte, se han registrado siete amenazas desde la llegada del Covid19 a Colombia. La más reciente tiene que ver con la sufrida por Rossana Mejía Caicedo y Alfredo Bonilla (quien también fue víctima de atentado), quienes hacen parte de la Asociación de Consejos Comunitarios del Norte del Cauca. Asimismo, el pasado 8 de abril fue amenazado en el Tambo, el líder campesino Henry Agudelo.

Dos se presentaron en Putumayo, uno el 26 de marzo en contra de la lideresa Jani Silva y la otra el 11 de abril en contra de los líderes Yuri Quintero y Wilmar Madroñero y, en contra de la lideresa Yule Anzeta en el municipio de San Miguel.

Otras dos se presentaron en Córdoba; una el pasado 13 de abril hecha por el Clan del Golfo a Concepción, Julio, Juan Fernández, Gustavo Copete, Liney Paternina, Leoncio Mendoza y Andrés Chica, líderes y lideresas del departamento. El pasado 18 de abril la líder amenazada fue Yessenia Vergara, integrante de la Red de DD. HH. del Sur de Córdoba.

Finalmente, esta semana también fue amenazado el líder social José Marrugo, en el municipio de Sincelejo, Sucre. El líder denunció que hombres habían hecho presencia en inmediaciones a su residencia quienes lo querían asesinar.

Uno de cada cinco líderes asesinados es del Cauca

Desde la firma del Acuerdo de Paz, 24 de noviembre de 2016 al 23 de abril —según cifras Pares— han sido asesinados 393 líderes y lideresas sociales. El departamento del Cauca es el más victimizado con 88 asesinatos (22% del total nacional), seguido por Antioquia con 55 (14%) y Norte de Santander con 30 (7.7%).

De acuerdo con el Coordinador de la Oficina Pacífico de Pares, Juan Manuel Torres Erazo, la situación que atraviesa el Cauca no se puede seguir ocultando; de cada cinco (5) asesinatos de líderes y lideresas en Colombia, uno ocurre en Cauca.

De acuerdo con Torres Erazo, la proliferación de los grupos armados en el departamento recrudece la situación. Hacen presencia siete GAPF, hay presencia del ELN, de las AGC Clan del Golfo, ELP, Sinaloa y distintos grupos narcotraficantes aliados con los carteles mexicanos.

Estos grupos, explica Torres, están en fases de expansión y de consolidación. Además, estos territorios son de disputa entre grupos armados por el control de la ruta de economías ilegales que está desatando una serie de victimizaciones en contra de las comunidades.

Tres territorios bajo fuego

El investigador de Pares hace un llamado sobre tres subregiones:

1. La Bota Caucana en donde comienza la cuenca amazónica en el municipio de Piamonte.

2. La ruta del Cañón del Micay que comprende los municipios de Argelia y El Tambo.

3. Región del Naya que conecta el Norte del Cauca con el Pacífico.

Según el investigador hay una fuerte confrontación entre el Frente Carlos Patiño y el ELN en los municipios de Argelia y El Tambo. Para el investigador este es uno de los focos principales de la coca en Colombia. Los repertorios de la violencia de los grupos que quieren tomarse el control del territorio han generado un recrudecimiento de la violencia en contra lideres, lideresas sociales, comunidades indígenas, campesinas, afro y de exguerrilleros en proceso de reincorporación.

A pesar de las constantes denuncias de las distintas redes de Derechos Humanos y de las alertas temprana de la Defensoría del Pueblo, el Gobierno Nacional no ha atendido la magnitud de la violencia que azota al departamento caucano. “Toda la victimización ocurre en territorios altamente militarizados, pero sin control real y efectivo por parte de las Fuerzas Armadas y en una situación de pandemia que se cruza con la violencia”, sentencia.



Artículo por: Sergio Saavedra @_SergioSaavedra | Publicado: Hace 3 días

Pares.Com.Co
VANGUARDIA DOSSIER
Devastación histórica en la Amazonia por unas cuantas lonchas de carne barata
Se debate quién decide el futuro del pulmón del planeta

JOÃO MEIRELLES 24/04/2020 06:00 | Actualizado a 24/04/2020 06:56

En el siglo XV, los bosques tropicales ocupaban un 12% de la superficie terrestre y estaban habitados por millones de personas de miles de variados grupos sociales. En quinientos años hemos destruido la mitad de las selvas tropicales y su población ha aumentado varias veces. En la Amazonia, que tiene más de 6 millones de km2 (dos tercios de la selva que queda) distribuidos en ocho países, viven más de 35 millones de personas pertenecientes a más de 300 pueblos en los cuales se hablan más de 200 lenguas diferentes.

La deforestación de los últimos cincuenta años ha llevado a unas pérdidas nunca vistas en la historia de la humanidad: alrededor de un 15% de la vegetación original (una superficie equivalente a las tierras de Portugal, España y Francia juntas). La principal causa es el aumento del consumo de carne de vacuno en Brasil y en el mundo, con la expansión de la ganadería extensiva (basada en pastizales). Sólo Brasil ha transferido más de 60 millones de animales a la región amazónica del país. Este artículo analiza la lógica de la destrucción, el impacto en las sociedades locales, en la biodiversidad y en el clima del planeta y comenta algunas salidas de esta crisis civilizatoria.

Detalle del río Napo, en Ecuador, afluente del Amazonas (Kalistratova / Getty)AMPLIAR

Ninguno de los ocho países amazónicos respeta sus pueblos tradicionales y protege de modo adecuado el bioma. La Amazonia es la región más excluida en esos países y una de las más excluidas del planeta hasta tal punto que en Brasil Unicef la ha elegido para colaborar con el Gobierno en la mejora de los indicadores relacionados con los derechos de niños y adolescentes.

El mayor bioma del planeta se extiende más allá de la cuenca del Amazonas e incluye las del Orinoco, el Esequibo, el Tocantins y otros ríos; todos esos ríos juntos representan la cuarta parte de las aguas fluviales del planeta y un 20% de la biodiversidad mundial en menos de un 4% de la superficie terrestre. La biodiversidad no tiene que ver sólo con las especies. Más importantes son las interrelaciones. A más especies, más interrelaciones. Cientos de miles de especies, miles de millones de interrelaciones.

Selva y clima

La deforestación siempre se ha interpretado como un indicador de desarrollo. En Brasil, tras las nuevas elecciones presidenciales, la tasa de deforestación aumentó entre el 2018 y el 2019 un 29,5% y alcanzó los 9.700 km2 (el equivalente a la superficie del Líbano). La deforestación y la quema se encuentran entre las principales causas de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de Brasil y los países con selvas tropicales. A menos selva, menos capacidad de retención de humedad en el sistema. Los árboles son bombas de agua, bombean hasta 1 tonelada de agua por día. Así, 1 m2 de bosque aporta de 6 a 7 veces más agua a la atmósfera que 1 m2 de océano. Además, la Amazonia libera humedad a las regiones vecinas; en especial, al centro-sur de Brasil y a las regiones vecinas, lugares que son graneros de sus países. En Brasil, al este del río Tocantins, un 70% de la vegetación original ha sido destruida. La región ya sufre importantes situaciones climáticas extremas (sequías más drásticas, aumento de la temperatura, disminuciones de la humedad, etcétera). Argemiro Leite Filho (Universidad Federal de Viçosa) calcula que, entre 1998 y 2012, la temporada de lluvias en las regiones deforestadas de la Amazonia oriental y meridional disminuyó en 27 días. Ya en la década de 1970, James Lovelock comparó la Amazonia con el riñón, un órgano esencial. Sin el riñón, el hombre no sobreviviría; sin las selvas tropicales, el planeta sería diferente, mucho más seco y cálido.

Suelos, fuego y deforestación

La sustitución de unos densos bosques de más de 40 m de altura por pastos de menos de 1 m tiene una repercusión directa sobre la humedad y los vientos, expone el suelo a las tormentas tropicales, lo cual tiene un impacto hasta 40 veces mayor que un bosque en España. La mayoría de los suelos son pobres en nutrientes. La selva prospera porque ha desarrollado mecanismos eficaces para reciclar los nutrientes. En las zonas templadas, más de un 80% de los nutrientes se encuentra en el suelo. En los bosques tropicales, ocurre lo contrario. Si el bosque desaparece, se elimina esa capacidad de hacer fértil el suelo. Norman Myers calculó que, de manera natural, una zona de bosque tropical pierde 0,01 toneladas/hectárea/año de suelo. La tala del bosque podría suponer pérdidas de 40 a 200 toneladas/hectárea/año.

Biodiversidad y endemismo

En la Amazonia existe una alta tasa de endemismo (de especies que se encuentran sólo en la región o en parte de ella). Aunque las zonas protegidas (parques y reservas) y las tierras indígenas ocupan la mitad de la región, la mayoría de los ecosistemas se encuentran amenazados, especialmente porque las reservas son escasas en las fronteras agrícolas. Existen más de 300 tipos de paisajes (sistemas y subsistemas ecológicos), en su mayoría desprotegidos.

Cuando se mira un árbol, hay que considerar la comunidad ecológica y no el individuo. En un árbol grande hay miles de especies de plantas, insectos y aves. Si consideramos las especies de animales inferiores de las plantas, además de las bacterias, los virus y los hongos, nos encontramos con cientos de miles de especies. Las copas de los árboles (dosel arbóreo o cobertura forestal) presentan una diversidad distinta a la del suelo. Para el entomólogo Terry Erwin, en el dosel de la selva tropical, habría más de 1.700 especies de invertebrados (en su mayoría, insectos) asociados con cada especie de árbol. Si la estimación es correcta, serían más de 30 millones de especies de insectos, 30 veces más de las que conocemos en el planeta. Según algunos científicos, en el dosel de los bosques tropicales podría vivir la mitad de las especies del planeta.

La tala de árboles ha vuelto ha incrementarse en la Amazonia brasileña en los últimos años (Marcelo Horn / Getty)

Las selvas tropicales son el hogar de la mayoría de los insectos del planeta. En una hectárea de superficie, se han contado 42.000 especies diferentes, muchas de ellas nuevas para la ciencia. En 1848, los ingleses Bates y Wallace, en sus salidas por los alrededores de Belém (Brasil), descubrieron más de 700 especies de mariposas y polillas, el doble de las conocidas en aquella época en Europa.

La diversidad de peces es igualmente asombrosa, 1.500 especies, más que en el Océano Atlántico. La construcción de cientos de presas hidroeléctricas, la interrupción del flujo migratorio de diversas especies y la propagación de especies invasoras (panga, tilapia y camarón malayo) constituyen graves amenazas. La pesca es una fuente de ingresos y seguridad alimentaria para cientos de miles de familias y de alimento para millones de personas, especialmente las más pobres. La pesca depredadora malgasta más de un 80% del pescado porque el mercado sólo quiere algunas especies; por no mencionar la captura no deseada (y prohibida) de tiburones, tortugas y delfines. La piscicultura es incipiente, pero los peces amazónicos (el tambaqui, el tucunaré y el pirarucu, llamado bacalao amazónico) ofrecen esperanza; sobre todo, teniendo en cuenta el derrumbe de la pesca del bacalao.

"La principal causa de deforestación es el aumento del consumo de carne de vacuno

Durante miles de años los quelonios (tortugas) han sido parte de la dieta local. En ríos como el Trombetas hay 12 especies, probablemente la mayor diversidad del planeta. Los primeros europeos encontraron localidades habitadas por decenas de miles de personas donde se criaban tortugas (por la carne y los huevos), manatíes y peces. También se usaba la grasa de manatí y el aceite de tortuga (extraído de los huevos) para la iluminación y la conservación de la carne. Ahora la captura excesiva ha llevado a la casi desaparición de tortugas y manatíes. Sin embargo, con una gestión adecuada, pueden proporcionar ingresos, atracciones turísticas y alternativas alimentarias para las comunidades tradicionales.

La selva virgen

En el proceso de ocupación humana, que se remonta a más de cien siglos, el dominio de la colonización europea se limita a cinco siglos. Entre los mitos creados para explorar la región se encuentra el de la selva virgen, donde la población es escasa y todos los recursos están a disposición de quienes se hagan con ellos (un mito que sobrevive y que se refuerza en la actualidad). Sin embargo, la ciencia no ha dejado de demostrar que la Amazonia estaba tan poblada como Europa, y durante siglos ha habido un proceso de enriquecimiento de la selva con una mayor dispersión de las especies de interés para sus pueblos. Muchas regiones como el Alto Xingu y el megadelta del Amazonas y el Tocantins son paisajes culturales. En el delta se estima que la abundancia del azaí nativo (una palmera cuyo fruto goza ya de predicamento mundial por sus efectos en la salud) estaría relacionada con la presencia humana y alcanza una superficie de más de un millón de hectáreas.

Conocimiento tradicional relacionado con la biodiversidad

Miles de especies carecen de utilidad si se desconocen sus múltiples funciones en los ecosistemas, sus principios activos para la alimentación, los medicamentos herbales, etcétera. Las culturas amazónicas han desarrollado sofisticados sistemas de curación por medio de hierbas que han salvado a Europa en más de una ocasión (como lo demuestra la importancia de la quinina, que ha salvado miles de vidas de la malaria) y también han utilizado resinas como el caucho natural, esencial para la revolución industrial. Entre los alimentos domesticados o adaptados se incluyen la mandioca (con más de 1.500 variedades entre las dos especies principales), el maíz, el cacao, la pimienta y diversas palmeras. Entre los pueblos nativos, cuando la mujer se casa, lleva consigo variedades de mandioca y otras plantas. Ese conocimiento asociado con la biodiversidad nunca ha sido valorado ni ha sido considerado de importancia. Hay más de cinco millones de esas personas subestimadas en la región y son los verdaderos guardianes de la biodiversidad, puesto que defienden la integridad de la Amazonia. La ciencia aún no ha sido capaz de reconocer su papel y registrar adecuadamente ese patrimonio a nombre de sus verdaderos poseedores, principalmente debido al insuficiente apoyo político y la insuficiente comprensión por parte de la sociedad en general, a lo cual se suma el hecho de que hay pocos científicos dedicados a la tarea (en toda la Amazonia brasileña hay menos doctores que en una universidad del sudeste de Brasil, la Universidad de São Paulo).

Indígenas en una deforestada cerca de Humaita, en Brasil. (Ueslei Marcelino / Reuters)AMPLIAR

Servicios ambientales y biodiversidad

Hace unos años habría sido inconcebible imaginar que la selva sucumbiría a los caprichos del hombre. La mayoría de los científicos señala que una deforestación superior a un 20% en la región (situación casi alcanzada) significará un punto de no retorno en el proceso de extinción masiva de especies, una drástica caída de servicios ambientales y mayores cambios climáticos.

Entre los servicios ambientales, pocos reconocen el papel de la polinización. Las abejas, otros insectos, las aves y los murciélagos desempeñan un papel clave en dicho servicio. Según Decio Gazzoni (Embrapa), incluso cultivos como la soja muestran un aumento de un 30% en su productividad con una mayor presencia de abejas. El servicio ambiental de la polinización representa un 10% de los ingresos agrícolas mundiales y rara vez se reconoce.

"Las culturas amazónicas han desarrollado sofisticados sistemas de curación con hiervas que han salvado a Europa en más de una ocasión

Para el biólogo Warwick Kerr, entre un 30% y un 90% de los árboles del río Tapajós, en la Amazonia central, depende de las abejas sin aguijón. De las 200 especies descritas por la ciencia, un 40% se encuentra en la Amazonia. Son las principales polinizadoras del azaí, el cacao, las nueces de Brasil y otras especies de interés comercial. La conciencia de ese servicio por parte de la sociedad, la protección de las especies polinizadoras y la cría de abejas sin aguijón son algunas de las estrategias para su mantenimiento. En el desafío planteado por la restauración ambiental, la cría y la gestión de las especies polinizadoras aumentan la disponibilidad de frutos, las posibilidades de dispersión de semillas y el control de incendios.

La restauración requiere de tecnología, restricciones en el uso del fuego y, sobre todo, cambios culturales. Alfredo Homma (Embrapa) cree que, por sí sola, la cosecha de productos forestales (mediante extracción tradicional) es insuficiente para abastecer el mercado y fomentar el mantenimiento de la selva. Es necesario crear sistemas agroforestales, como el sistema desarrollado por la Cooperativa CAMTA en Tomé-Açú (Brasil).

Causas de destrucción

Entre las principales causas de destrucción se encuentran unos estados nacionales débiles y permisivos, subordinados a las élites que durante siglos han conservado el poder mediante la apropiación de bienes públicos para fines privados y que se benefician de la fuerte presión de la demanda mundial de productos de bajo valor añadido (carne, soja, etcétera). De hecho, la visión cultural dominante no ha variado desde el siglo XVI: los bosques, la madera, el oro, la tierra, son infinitos; pueden ser explotados, y nada justifica que no lo sean, porque de no hacerlo otros lo harán. Esta visión se ve reforzada por la falta de interés por contar con organismos ambientales eficientes y con un sistema judicial eficaz. En Brasil, se paga menos de un 1% de las multas impuestas por el organismo federal del medio ambiente, lo cual estimula la delincuencia.

En el avance de la frontera agrícola, incluso en las áreas protegidas, rara vez se respetan las tierras indígenas y otras modalidades de conservación. La primera causa de destrucción es la ganadería extensiva, una de las formas más sencillas de apropiación de tierras públicas. La mayor parte de la madera se quema y se malgasta. Un 80% de la superficie deforestada corresponde a pastizales, ya sea en uso o degradados. La productividad es insignificante (menos de 1 unidad animal/hectárea) o 85 kg de carne/hectárea/año (comparativamente la piscicultura genera al menos 1.000 kg de carne/hectárea/año). El ganadero paga pocos impuestos y no compensa a la sociedad por los daños ambientales y socioeconómicos que causa (las externalidades). Peor aún, la mayoría de los pequeños ganaderos sólo tienen esa actividad porque otras ocupaciones no son viables (acceso insuficiente al crédito, asistencia técnica, precios, transporte, etcétera).

Campos de soja en Santarem, Brasil (Ricardo Beliel)AMPLIAR

A medida que los pastizales se degradan por la baja fertilidad del suelo, la erosión, las pisadas de las vacas (animales exóticos en América) y las sucesivas quemas (para combatir las malas hierbas), resulta más barato abandonarlos y pasar a despejar zonas de selva conservadas. Ésa es la historia de la Amazonia en los últimos 50 años.

La segunda causa es la soja, especialmente en el sur de la Amazonia, cultivada en unas zonas totalmente deforestadas, despejadas y quemadas, que permiten la mecanización. Existen otras causas, dependiendo de la región, como la excavación de metales, el robo de madera, las obras de infraestructura (hidroeléctricas, carreteras, etcétera) y la explotación petrolera.

Con la desaparición de la selva, el CO2 fluye a la atmósfera y contribuye al cambio climático. Sin el CO2 y la capa de materia orgánica, el hierro y el aluminio predominan en el suelo, inhiben el crecimiento de las plantas y disminuyen la fertilidad.

"La visión cultural dominante no ha variado desde el siglo XVI: los bosques, la tierra, son infinitos; pueden ser explotados y nada justifica que no lo sean

La deforestación persiste puesto que hay una fuerte y creciente demanda de productos, y la Amazonia los proporciona de forma muy barata (y muy mal supervisada) a los mercados nacionales y mundiales. En Brasil, la mayor parte de la carne y la madera se consume en el país. La soja se destina a alimentar a gallinas, cerdos y vacas en Europa y China. Los consumidores son poco exigentes y no quieren saber el costo socioambiental de sus alimentos, ni pagan por las externalidades (la cantidad de tierra destruida, la biodiversidad, el sufrimiento ocasionado a los pueblos tradicionales, etcétera). Las sociedades de los países amazónicos no han mostrado suficiente interés a la hora de exigir responsabilidad social y ambiental a sus gobiernos y empresarios.

Los residuos son un tema apenas tratado. Por lo que hace a la madera, por ejemplo, en Brasil hay 3.100 especies, pero sólo una de cada diez se comercializan. De ellas, un 10% representa dos tercios del mercado. Por cada metro cúbico usado, habría al menos otros dos desperdiciados. Más de un tercio de las maderas nobles, susceptibles de tener un uso noble, termina como material de construcción sin valor en el sudeste de Brasil o como leña para elaborar pizzas. En Brasil, la propia agencia medioambiental advierte de que un 90% de la madera vendida es resultado de una actividad ilegal.

Dado que la mayoría de los habitantes de la región son muy pobres (un 50% vive con menos de 2 dólares al día; y, en las poblaciones tradicionales, ese porcentaje es superior), prácticamente todas las cadenas de valor presentan una alta concentración de ingresos y poder, y requieren que la base de la pirámide dilapide los recursos puesto que los paga con cantidades cada vez más pequeñas. Si queremos conservar las últimas selvas tropicales, tiene que haber formas decentes y sostenibles de generar ingresos locales y evitar el control de las minorías sobre el acceso al mercado.

Esperanzas para la agrosilvicultura y la bioeconomía

Para restaurar los servicios ambientales, hay que imitar la selva de alguna manera. La mejor opción son los sistemas perennes basados en especies locales y exóticas (a diferencia de la agricultura de ciclo corto y alto impacto). Las plantas perennes también pueden crear más empleos. Un área de mil hectáreas con ganado empleará a cuatro personas; la agricultura mecanizada de soja, a unas diez; la cosecha del azaí, entre cien y doscientas; y quinientas la agroindustria del aceite de palma.

El azaí, que hace veinte años se consumía sólo en la región, mueve ahora más de mil millones de dólares y sostiene más de 200.000 empleos entre pequeños agricultores, extractivistas y establecimientos locales de jugos de frutas. Como superfruta (antocianinas, valor proteínico, aminoácidos y calorías), esa baya atrae a millones de consumidores en Brasil y el resto del mundo. Por primera vez, un producto forestal no maderero tiene la oportunidad de ser sostenible y sacar a decenas de miles de familias de la pobreza. Sin embargo, para ello tendrá que superar la informalidad, el trabajo precario y, sobre todo, el trabajo infantil, que afecta a más de 100.000 niños.

Con el auge del azaí y el descubrimiento de la cocina amazónica se están valorando otras frutas (chontaduro, bacurí, jobo, etcétera), nueces y especias. El copoazú, con cuya pulpa se hacen jugos y dulces, tiene una almendra que se tira y que podría producir cupulate, similar al cacao (ambos son de la misma familia, Theobroma, que significa “alimento de los dioses”). Existe un interés consumidor y un conocimiento tecnológico crecientes para ofrecer nuevos productos. Lo que falta son políticas públicas sistemáticas y sectores empresariales dispuestos a sustituir las actividades de alto impacto socioambiental (ganadería, soja, tala ilegal, minerales...) por la bioeconomía y la valoración de la existencia de la selva. El nuevo mercado quiere productos auténticos con identidad, sostenibilidad y relevancia para el entorno social local.

Posibles vías

Para superar la lógica de la destrucción y el desprecio de la sociobiodiversidad, es necesario actuar en diferentes frentes. El primero es el ámbito penal, porque sólo con severos castigos a la invasión de tierras públicas, reservas y parques indígenas, la destrucción de suelos, la minería informal, el robo de madera, la destrucción de ríos, etcétera, y con una rápida justicia, será posible desalentar esas actividades.

El segundo es crear un entorno empresarial en el que los productos de la biodiversidad sean bien remunerados y más atractivos que los productos de alto impacto socioambiental. Una forma de hacerlo es gravar fuertemente los productos de alto impacto social y ambiental, y transfiriendo esos ingresos a la sociedad local.

Dos 'garimpeiros' extrayendo materiales del Amazonas (Antonio RIBEIRO / Getty)AMPLIAR

El tercer frente es poner en práctica una economía de la restauración forestal para recuperar microcuencas degradadas enriqueciéndolas con especies útiles y con una agrosilvicultura que genere productos sostenibles e ingresos locales. Para ello, caben tres supuestos para la acción. El primero, la búsqueda de modelos menos concentradores de ingresos en los que las comunidades locales participen en la decisión de su propio futuro, así como el reconocimiento de los derechos de los grupos tradicionales. En ese sentido, existe la hermosa visión desarrollada en el bioma andino vecino (Pachamama) en la que la Madre Tierra tiene derechos y que es necesario promover el “buen vivir y convivir”, temas incluidos en la constitución de dos países amazónicos (Bolivia y Ecuador). El segundo planteamiento se relaciona con la autoestima y la autovaloración de la cultura y el medio ambiente local. La gastronomía paraense, que forma parte del rico repertorio amazónico, demuestra a todas luces que esa mejora es posible, que se puede empezar en Pará y llegar a todo el planeta. El tercer planteamiento, el conocimiento tradicional asociado con la biodiversidad, necesita ser traducido en ingresos y reconocimiento (patentes, regalías y otras formas de remuneración por ese servicio social y ambiental), además de formar parte del patrimonio cultural.

El cuarto frente es comprender la imposibilidad de continuar con actividades de alto impacto social y ambiental (ganadería, soja, minería aurífera) que son caballos de hierro de destrucción y generadores de desigualdades. La presión internacional y nacional es clave para que eso sea posible, así como la presión que puede ejercer el consumo consciente.

El quinto frente considera que si se conservan porciones significativas de la Amazonia, habrá más posibilidades para la biodiversidad, la prestación de servicios ambientales planetarios y los productos de la sociobiodiversidad. Ahora bien, todo eso puede ser en vano si el cambio climático continúa al ritmo actual, porque la Amazonia es una de las regiones más vulnerables del planeta. El cambio climático es el resultado de las decisiones de los consumidores y de las políticas públicas y privadas. Son las decisiones invisibles que tomamos a cada momento las que determinan el destino del planeta. O devoramos la Amazonia por unas cuantas lonchas más de carne barata o la conservamos, valorando sus pueblos y conocimientos para las generaciones presentes y futuras.

Fuente: LA VANGUARDIA
JOÃO MEIRELLES 

jueves, 16 de abril de 2020

Aumentan los feminicidios en el mundo desde que se decretó la cuarentena por el Covid-19
Credito: Web

Por: Aporrea | Miércoles, 15/04/2020

El cuerpo sin vida de una joven de 26 años apareció en la madrugada de este miércoles 15-A semienterrado en la localidad de Moreno, en las afueras de Buenos Aires, por lo que, según cálculos de un observatorio privado, se trata del vigésimo segundo feminicidio desde el inicio de la cuarentena obligatoria en Argentina.

La joven desapareció el 4 de abril y fue hallada este miércoles asesinada, envuelta en plástico y semienterrada en una zona descampada de la zona bonaerense de Moreno, unos 40 kilómetros al oeste de la capital, informaron fuentes judiciales.

La expareja de la mujer y padre de sus dos pequeños hijos, sobre el que ya pesa una denuncia por violencia de género, se encuentra detenido a disposición de la Justicia, indicaron las fuentes.

Con la muerte de la joven Camila Tarocco, madre de dos niños, suman ya 22 feminicidios desde el inicio del aislamiento social preventivo y obligatorio en Argentina, y el número 83 perpetrado desde comienzos de años, de acuerdo con las estadísticas difundidas este miércoles por el Observatorio MuMaLá.

Por otro lado, en Colombia la vicefiscal general, Martha Janeth Mancera aseguró que aumentaron los casos de feminicidios durante la cuarentena, comparado con el mes inmediatamente anterior. El periodo que tuvo en cuenta el ente de control fue del 20 de marzo al 4 de abril, días en los que se registraron 12 feminicidios a nivel nacional.

“Hemos visto que ente el 20 de marzo y el 4 de abril, han entrado al centro de contacto 578 llamadas por violencia basada en género. Llamadas que hemos estado trabajando directamente con los equipos de investigación, directamente con las comisarías y hemos hecho todo un trabajo articulado. En esas 578 llamadas hemos logrado atender 55 casos de violencia sexual, 132 de violencia intrafamiliar. Los reportes evidenciaron una notable actividad de nuestros equipos en los territorios”, dijo la vicefiscal.

En China, donde los habitantes de Wuhan, el epicentro de la pandemia, pasaron alrededor de dos meses en cuarentena, varias mujeres y activistas denunciaron más reportes de abuso y violencia física de lo normal.

En España, la primera semana se cuarentena registró un feminicidio y una agresión que dejó a la mujer víctima en estado grave. El diario español 'El País' recogió el caso de una mujer de 41 años que denunció que su agresor la "perseguía en secreto por la casa". "El machaque psicológico era horrible", resaltaba en el testimonio.

Frente a estos casos de agresiones agravadas por la cuarentena, ONU Mujeres recomienda incluir siempre los servicios de atención entre los servicios básicos que se siguen prestando. "Tomar muy en serio la prevención de la violencia de género", apunta Güezmes, "que de hecho es una pandemia todavía muy silenciosa que no se contagia por un virus pero sí por este caldo de cultivo que es la discriminación, la desigualdad y el machismo".


La oficina de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe ha desarrollado un brief informativo titulado #COVIDー19 en América Latina y el Caribe: cómo incorporar a las mujeres y la igualdad de género en la gestión de la respuesta a la crisis. 


FUENTE: APORREA

miércoles, 15 de abril de 2020

Rafael Quiroz Serrano: “Tenemos un déficit en gasolina que ronda los 95.000 barriles diarios”

Yahvé Álvarez
3-4-2020

El analista sostiene que el problema de la gasolina se debe a la contracción y estancamiento de la empresa petrolera. “Ahora estamos refinando realmente 65.000 barriles diarios de petróleo”. Esto coloca el déficit de gasolina en niveles 59%

Rafael Quiroz, docente universitario, economista petrolero y analista del mercado de los hidrocarburos, en medio de la cuarentena nacional, interpreta el desabastecimiento de la gasolina argumentando de forma critica que “la crisis de gasolina no se debe al Coronavirus o la COVID-19. Se debe a la falta de respuesta de nuestra empresa petrolera ante la demanda nacional del combustible”.

En este mismo sentido el analista petrolero, puntualizó su interpretación de la realidad, refiriendo que la evidente ausencia de gasolina, también tiene que ver con que “en los actuales momentos de crisis sanitaria mundial; Venezuela esta refinando un promedio de 65 mil barriles diario de petróleo, esto se traduce en que nuestra capacidad de refinación ha decaído en un 95% aproximadamente en su reducida capacidad instalada”.

Sobre esta misma realidad, el docente universitario además afirmó que “en el presente histórico, Venezuela presenta un déficit de 95.000 barriles diarios de gasolina, para abastecer sólo el consumo interno, solo para la movilidad interna y para la activación de nuestro mermado aparato productivo”.

Cumpliendo ahora la tercera semana de cuarentena social voluntaria, y en medio de la aguda crisis económica que experimenta el país, para el analista petrolero, es sustancial señalar que “ahora estamos exportando 25.000 mil barriles diarios de gasolina por concepto de compromisos internacionales, básicamente con los países que integran Petrocaribe, es sano recordar la deuda que tenemos con China, que ronda los 24 mil millones de dólares e igual con Rusia que gira en los 16 mil millones de dólares”.

“Nuestra reducida y golpeada empresa petrolera, requiere de alquilato y Metil TerButil-éter (MTBE), como componentes básicos, para hacer posible el producto de refinación. Estos componentes no los tenemos en el país y se necesita importarlos para hacer posible los procesos de refinación y así producir la gasolina que requiere el mercado nacional. Estos componentes básicos, son líquidos inflamables como el isobutileno o metanol, que tradicionalmente se usan en la empresa petrolera como aditivos para el incremento del octanaje en la gasolina”, subrayó Quiroz.


Distribución y colocación
Sobre el tema de la distribución de la gasolina, el economista señaló “contamos con un parque distribuidor de la gasolina reducido, tenemos 1.564 Estaciones de Servicio a nivel nacional, sobre esta misma realidad es importante señalar, que en los estados fronterizos como Zulia y Táchira, la carencia de la gasolina es notoria desde hace más de cinco años y alarmante, ya tenemos estados donde la gasolina solo es colocada en las estaciones de servicio de forma inter diaria o cada cinco o seis días”.

“La única refinería que está operando realmente, es El Palito, con dos plantas catalizadoras activas, la empresa petrolera está canibalizando el restos de la refinerías, como es el caso de Punta Cordón y Amuay, sacando repuestos de una para mantener operativas otras, esa es la triste realidad”, denunció el analista petrolero.

“Es probable que dentro de dos semanas, llegue un súper tanquero con 2,13 millones de barriles de gasolina, desde el puerto de Rotterdam en Holanda, este hidrocarburo podría abastecer las carencias de gasolina que se evidencia en las calles, aún no importamos toda la gasolina que requiere nuestro parque automotor”, indicó Quiroz.

Para finalizar, Quiroz reitera que “el problema de la falta de gasolina en nuestro mercado, es un problema que ya tiene historia, no es de ahora, todo evidencia la falta de operatividad real de nuestra principal empresa nacional, estamos en evidencia de una contracción prolongada de nuestra empresa petrolera”.

FUENTE: CONTRAPUNTO.COM
Pandemias, hambrunas y guerras: la arquitectura del capital

4 Abril-2020 / Humberto Cárdenas Motta.

Pandemia: dispositivo de la construcción histórica de este sistema-mundo. Nada extraordinario…nada excepcional. Humberto Cárdenas Motta tiene los ojos abiertos, los tiene vivos, arraigados…y eso duele, eso da rabia: rabia que «asume una forma visceral» y acá se expresa en palabras, o se sirve de ellas para sangrar. 
Humberto acusa a nombre de la Madre Tierra asqueado como está, como nos corresponde estar ante la normalidad que nos manosea y nos vomita. No se puede leer esta palabra, a menos que ya estemos tan arrodilladxs que nos pase de largo y nos resbale la babosa costra de olvido que ni siquiera nos asusta. Campo de exterminio a cielo abierto por ganancias y mediocres de oficio proclamando su mezquina mediocridad como autoridad. 
No estamos enfrentando la pandemia….nos la están embutiendo para aislarnos; porque aislarnos es lo que han logrado. No tenemos relaciones entre nosotrxs…han sido suplantadas por la historia de los vencedores. No es un virus el que nos mata, ni son las bombas asesinas, ni el hambre, ni las otras formas de despojarnos de la vida. ¡NO! Nos mata un orden social, el fascismo sistema-mundo y nuestra obediencia. Nos mata la normalidad que añoramos y protegemos. Nos mata la ley y el orden.

Con tu palabra viene, desde el mismo lugar y en el mismo espíritu compartimos «Campo, Trueque, Ciudad«, «tejiendo la ternura de los pueblos» frente a la pandemia del sistema, una iniciativa para alimentar-nos, tejernos y liberarnos desde las mesetas del Cauca.

Porque esta orden de aislarnos es el orden que nos aísla desde hace 500, desde hace 5000 años. Porque frente al orden que pretende enterrarnos de una vez por todas en la desolación, «se deberá partir de las premisas que nos lleven a destrozar las políticas y las instituciones del desarrollo que han saturado con la atmósfera de las cámaras de gas del sistema mundo capitalista, donde se envenenan los cuerpos, las semillas, las consciencias, las organizaciones, los sueños, y buscar, organizar y desarrollar alternativas antisistémicas, anticapitalistas, asamblearias, de apoyo mutuo, autónomas…» Coincide tu palabra, Humberto, tan nuestra como la mayor de las aspiraciones, como la más dura e impostergable de las exigencias; coincide mañana, 4 de abril, con el cumpleaños 71 de Abdullah Ocallan en la isla prisión de Imrali. Aislado. Sometido él y su pueblo al aislamiento, se hunde en solitario, como cada semilla, a la penumbra de la tierra y desde allí germina, revolución desde las mujeres y brota, surge, nos entrelaza. «Por entre las grietas de la sombra, brota incesante el bondadoso susurro de la hierba«. Ni toda la fuerza del poder de muerte puede aislar a Ocallan y al pueblo Kurdo, ni habrá quien nos someta, aún en silencio y bajo la mentira, al aislamiento del poder. Desde el mundo entero el 4 de abril videos y fotos nos tejen diciendo Le queremos libre a Ocallan, a Todxs. Porque esa es la vida y lo demás matar y morir para la codicia. Tras las extensas alambradas del sistema mundo capitalista, nos convoca el poder asambleario de la Madre Tierra a no permitir el contagio ni el aislamiento. ¿Dónde Estamos? Lectura de contexto. Pueblos en Camino

Pandemias, hambrunas y guerras:
la arquitectura del capital
Cuando el poder brutaliza el cuerpo, la resistencia asume una forma visceral.
Achille Mbembe

Por entre las grietas de la sombra, brota incesante
el bondadoso susurro de la hierba.

La pandemia es una construcción histórica que responde a procesos de acumulación y de concentración de riqueza; tiene, como sus elementos constitutivos, brutales procesos de expropiación, de explotación, de empobrecimiento y de extinción de los pueblos del mundo. 

Esta construcción histórica de la pandemia es el producto y el insumo (producción y consumo) de una estructura social para el sometimiento absoluto, total, de los pueblos y de los cuerpos; pueblos y cuerpos producidos por la estructura del sistema mundo capitalista para la extracción de riqueza. Pueblos y cuerpos sometidos al poder absoluto del estado corporativo (fascista) de los intereses de las transnacionales.

Esta construcción histórica, hasta nuestros días, va produciendo todos los cerrojos, todos los dispositivos para asegurar el ciclo de la producción y del consumo (la reproducción del sistema), anulando, aniquilando, matando la consciencia. Un ejemplo paradigmático de esta historia es la denominada “revolución verde” (años 50s), sistémicamente siamesa de las políticas del “desarrollo”. La “revolución verde” aplicó y continúa aplicando a la agricultura, a la farmacéutica, a la educación y a la sociedad, la tecnología, el conocimiento científico y la organización empresarial industrial militar resultante de las dos primeras guerras mundiales: tecnología, conocimiento científico y organización empresarial industrial-militar hecha para matar y que, en nombre de la producción de comida, continúa matando. Para ello, concentró y continúa concentrando la tierra en todos los países del mundo, destruyendo los saberes tradicionales para la producción comunitaria y campesina de alimentos, y destruyendo las semillas que expresan la visión de mundo de los pueblos; para ejecutar esta tarea macabra, aplica masivamente los productos tóxicos y el conocimiento técnico empleados en la guerra para matar la tierra y a las hijas e hijos de la tierra; con estos productos tóxicos lo han contaminado todo contaminando sistemática y planificadamente el planeta, acumulándose, bioacumulándose y biomagnificándose en todos los organismos, generando una sociedad domesticada, sometida, esclavizada y enferma, desgarrando el tejido de nuestras relaciones con la tierra al matar nuestro fluir con los ritmos del universo. Hablamos hoy de pueblos y cuerpos por donde ya no transita la tierra; de semillas que ya no guardan en su corazón el silencio de las palabras; de frutos que ocultan bajo su apariencia alimentaria una compleja tecnología de guerra que mata a los pueblos y a los cuerpos envenenando el espíritu que compartíamos con la naturaleza. Todo esto sucede bajo la pandemia tóxica del desarrollo que nos deja el corazón baldío y el cancerígeno fragor de los agrotóxicos socavando el sentido de las palabras, socavando las prácticas agrícolas tradicionales, las relaciones sociales y las consciencias: el éxito de cada mercancía producida por el sistema mundo capitalista es la muerte de la consciencia. Así se acumula y se concentra la riqueza. La muerte es el fundamento del mercado y el terror garantiza su funcionamiento. La pandemia, dentro de la construcción histórica que es esta sociedad, es una más de sus mercancías. A los muertos de las villa-miseria, a los muertos de los tugurios, a los muertos de las favelas, a los desterrados y desterradas, a las mujeres violentadas, a los millones de niños abandonados como deshechos humanos por las calles y las alcantarillas del mundo bajo sociedades que se ufanan de ser “democráticas”, “tolerantes”, “inclusivas”, “multiculturales”, les tocará cavar su propia tumba porque las leyes del mercado del sistema mundo capitalista continúan matando, matando, matando. 

Se promulga la ley y el derecho que promulga la ley, el derecho que pregona la ley, el derecho que proclama la ley, que promete la ley, es un derecho de muerte: la ley es otra mercancía. El derecho a la salud es otra mercancía. El derecho a la vida… Ayotzinapa del mundo, jóvenes del mundo, niños del mundo, mujeres del mundo asesinadas por la pandemia del patriarcado bajo el estado corporativo… La ley es la historia narrada por los vencedores, la historia narrada por los mercaderes de la muerte. La ley es la historia del crimen narrada por los asesinos. La pandemia, que no es un suceso extraordinario sino la NORMALIDAD del sistema, no anula ni suspende las leyes del mercado: la miseria y la muerte continúan y continuarán siendo socializadas entre los pueblos perseguidos por los burócratas del terror.

La pandemia, como parte de esta construcción histórica del sistema mundo capitalista, profundiza el derecho de ser esclavas y esclavos; el deber de ser esclavas y esclavos. Asistimos a la metamorfosis de los escenarios de los derechos que develan, con el impacto de la imagen terrorífica de la pandemia y una vez más, el rostro primigenio del capital dibujado por la sangrienta escritura del mercado, omnívoro y brutal, que nos gobierna; asistimos a la metamorfosis hacia nuevas formas de esclavitud en las fábricas-gueto, en los barrios-gueto, en las favelas-gueto, en las villas-miseria-gueto, en las pandemias-gueto, en las iglesias-gueto, en las escuelas-gueto, en la miseria-gueto, en el hambre-gueto, en los cuerpos-gueto, en las infancias,-gueto, en el calentamiento global-gueto. Sin consciencia, obediencia irracional. Se nos degrada, se nos inferioriza, se nos deshumaniza, se nos desnaturaliza. En este contexto, el derecho y el deber de ser esclavxos no nos permite pensar en términos de autonomía, de cooperación, de reciprocidad, del poder asambleario de los pueblos y de la Madre Tierra, del poder asambleario de la Madre Tierra para la minga de la rebeldía. En esta sociedad corporativa, la ley y los derechos han venido cosiendo cada célula, dándole puntadas atroces a cada nervio, a cada músculo, a cada hueso, a cada aliento, a cada gesto, con los hilos del miedo, del odio, del egoísmo, de la competencia, de la normalidad: el sistema mundo capitalista socializa la violencia para acumular y continuar concentrando la riqueza. Asistimos, con las pandemias visibles, pero más con las invisibles, a la producción de “…una nueva especie de población predispuesta al aislamiento y al encierro” (Mbembe, 2016). Poder asambleario de los pueblos y de la Madre Tierra; poder asambleario de la Madre Tierra para la minga de la rebeldía.

La pandemia, como una de las formas de dar muerte, es una construcción histórica realizada por las instituciones del sistema mundo capitalista en el contexto de una profunda crisis que construye pueblos y cuerpos sometidos, aplastados por todas las vulnerabilidades, insumos propicios para alimentar al hambriento estado corporativo de las empresas transnacionales: la pandemia se construye como se construyen todas las violencias: construyendo cuerpos para abastecer los mataderos del mercado.

No, no nos encontramos frente a un hecho terrible: pandemias, avalanchas, sequías, hambrunas, transgénicos, desplazamiento forzado, desaparición forzada, proyectos de muerte, de estupidización, de contaminación, de embrutecimiento colectivo; golpes de estado, vuelos de la muerte, colonialismo, inquisición, esclavitud asalariada, cosificación de las mujeres y de la tierra para la extracción de riqueza, para la violación, para sembrar el terror y cosechar en los campos de concentración a las muchedumbres del miedo, a las muchedumbres del olvido, a las muchedumbres del silencio. No, no nos encontramos frente a un hecho terrible: este es el rostro primigenio del capital dibujado por la sangrienta escritura del mercado, omnívoro y brutal, que nos gobierna.

El sistema mundo capitalista acumula riqueza bajo los múltiples procesos productivos del progreso que mata, del desarrollo que mata, de la democracia que mata, de la civilización que da muerte, que da muerte a cántaros[1], tempestades de muerte, ciclones de muerte, avalanchas de muerte: la historia del desarrollo, la historia del progreso, la historia de la democracia, la historia de la participación y de la representación democrática en el marco del desarrollo es la historia de las masacres que ejecuta la racionalidad del capital.

No, no nos encontramos frente a un hecho terrible: la masacre de la finca El Nilo (Cauca, 1991); la masacre del Naya (Cauca); la masacre de Trujillo (Valle del Cauca); la masacre de las bananeras (Ciénaga, Magdalena, 1925); la masacre de Santa María de Iquique (1907); la masacre de la embajada española en Guatemala (1980); la matanza de Tlatelolco (1968); el genocidio de los jóvenes de Soacha ejecutado por el Estado colombiano; el genocidio contra el pueblo palestino; el genocidio contra el pueblo mapuche, contra los pueblos del mundo; la masacre de nuestras hermanas las semillas por las empresas transnacionales; la masacre de los alimentos acribillados por los químicos de los imperios Bayer, Syngenta, Monsanto; la masacre en Vietnam, cuyos campos y pueblos campesinos fueron bañados con millones de litros de defoliantes y por el agente naranja de la transnacional Monsanto; la masacre de los argentinos acorralados por la fórmula de los agrotóxicos y la soja transgénica; la masacre de la salud de los pueblos por los imperios de las farmacéuticas; la masacre de los pueblos migrantes que huyen de la barbarie del desarrollo muchas veces de manera trágica hacia los espejismos de muerte del desarrollo. Este es el hecho terrible: el sistema mundo capitalista es un escenario de muerte.

No, no nos encontramos frente a un hecho terrible: en este escenario de muerte, las madres dan de lactar a sus hijos la leche materna envenenada con agrotóxicos como Lindano, Aldrín, Heptacloro, Clordano, DDT[2]. En este escenario de muerte, por el cordón umbilical circula sangre envenenada[3] con venenos que marcan los fetos con el hierro candente pero invisible de los agrotóxicos producidos a escala mundial por las empresas transnacionales. En este escenario de muerte, la miseria censa en silencio los estómagos del hambre. En este escenario de muerte, la desnutrición es una pandemia que llena el planeta de obesos por la desmesura del consumo de productos adictivos de una dieta química, letal, artificial, o por el hambre que ha sido inscrita por estas mismas transnacionales en el mercado del simulacro de vida que encadena a los esclavos del hambre con los eslabones de la desnutrición, de las enfermedades y la muerte. En este escenario de muerte, la economía del sistema mundo capitalista expresa su “impulso genocida” (Boaventura de Sousa Santos).

No, no nos encontramos frente a un hecho terrible. Se está poniendo a prueba el sistema de muerte en una nueva fase de su desarrollo: el disciplinamiento de la población mundial para profundizar la extracción de riqueza bajo más atroces regímenes de terror. Los juegos del poder, como bien lo ha reiterado Rita Segato, son secretos. Secretos que estallan como bombas atómicas sobre la vida de los pueblos para que el sistema se reproduzca, para que el sistema refine sus técnicas de exterminio: pueblos disciplinados bajo los intereses económicos del sistema mundial concentracionario.

Alan Moore, sin título, 1847

Nos encontramos hoy frente a la imagen originaria del capitalismo, del actual sistema mundo capitalista. La imagen que muestra el sistema de muerte proclama: todo es posible. 
Es posible arruinar el sistema de salud, porque el sistema de salud tan solo es parte del sistema de muerte: matar es un negocio muy rentable. Como son parte de la rentabilidad del sistema de muerte las iglesias que erigen a sus mesías patriarcales, violadores, agenciadores de la muerte como Bolsonaro, Trump, Uribe Vélez, y todos los mesías sistémicos, las instituciones sistémicas transnacionales, los líderes sistémicos, las oposiciones sistémicas. Las vísceras deshumanizantes del terror institucionalizado bajo las divisas del desarrollo y de la democracia del sistema mundo capitalista continúan sus recorridos de muerte. El terror es ese conjunto de mercancías puestas en circulación bajo la forma de experiencias, prácticas, creencias, instrumentos y dispositivos de poder producidos por los intereses económicos del sistema mundo capitalista; las mercancías del terror se consumen como patrones de comportamiento con el objetivo único de la deshumanización, y la sociedad autoritaria las mercadea como supuestas opciones y estilos de vida.

Manfred Max Neef planteó que el suicidio de ancianos y ancianas en España son, realmente, «asesinatos de un sistema económico perverso»[4]; en el mismo sentido lo expresó Vandana Shiva: el suicidio de campesinos y campesinas[5], arrojadxs a la ruina por el consumo de los paquetes tecnológicos transgénicos de Monsanto, son consecuencia del sistema económico capitalista; es un suicidio que se realiza con los mismos tóxicos que Monsanto les vende para envenenar la comida al envenenar los cultivos… y envenenar el espíritu de los pueblos con la barbarie normalizada del desarrollo:

“En los últimos 16 años, más de un cuarto de millón de agricultores se ha suicidado en la India: esa constituye la ola de suicidios de mayor envergadura registrada en la historia de la humanidad. (…) Entre 1995 y 2010 más de 250.000 agricultores se quitaron la vida en India; y más de 50.000 de esos suicidios de agricultores ocurrieron en Maharastra, el estado más rico del país. En 2010, las cifras oficiales arrojaron un total de 15.964 suicidios de agricultores. Estas estadísticas probablemente se queden cortas, habida cuenta, en particular, porque a las mujeres no se las incluye generalmente en estas cifras debido a que no poseen títulos de propiedad sobre las tierras, que son comúnmente exigidos para ser reconocido oficialmente como campesino.” (Zacune, 2012)[6]

En este escenario de muerte, los asesinos gobiernan y el crimen es una virtud de estado (Vargas Vila). Esta es una historia terrible: el desarrollo es la política de los asesinos, y la democracia la pantomima sangrienta del estado corporativo de las empresas transnacionales que gobiernan el mundo. Este es el hecho terrible.

Para la búsqueda de alternativas, se deberá partir de las premisas que nos lleven a destrozar las políticas y las instituciones del desarrollo que han saturado con la atmósfera de las cámaras de gas del sistema mundo capitalista, donde se envenenan los cuerpos, las semillas, las consciencias, las organizaciones, los sueños, y buscar, organizar y desarrollar alternativas antisistémicas, anticapitalistas, asamblearias, de apoyo mutuo, autónomas: volver a la tierra, a nuestra Madre Tierra; agrarizar el corazón; poblar de árboles el río de las palabras.

NOTA:
Sobre las manos envejecidas del silencio, la hierba verde, mecida dulcemente por el viento, acaricia el rostro de la muchacha que ya no puede ver el terror que duerme sobre sus ojos abiertos. El rostro, dibujado por los rayos del sol, nos deja en la memoria la advertencia de las extensas alambradas de los campos de concentración que, infatigables, cosen en la carne, en los nervios, en la consciencia, en las palabras, las letras patriarcales de la ley, de la justicia corporativa, del orden nazi-fascista económico, político, alimentario, educativo; son las extensas alambradas del sistema mundo capitalista. ¿En cuántos lugares ha muerto esta muchacha sin dejar otro rastro que sus ojos abiertos?

[1] Se muere a cántaros, escribió el poeta Jorge Enrique Adoum.

[2] En estudio financiado por la Global Environmental Facility (GEF) y el Ministerio del Ambiente del Ecuador, se lee en la página 21: “En esta investigación se confirmó la acumulación de los plaguicidas clorados al encontrar la presencia de Lindano, Aldrín, Heptacloro, Clordano y DDT en las 160 muestras de leche materna tomadas en madres de las ciudades de Esmeraldas (40 muestras), Guayaquil (40 muestras) y Quito (80 muestras) y en cantidades que superaban en cuatro y cinco veces los Límites Máximos de Residuos (LMRs) establecidos para la leche de vaca, toda vez que no se han fijado límites para la leche materna humana.” Escuela Superior Politécnica del Litoral, I. (2004).


[3] Endocrine Society (Sociedad de Endocrinología, USA), Introducción a las sustancias químicas que perturban el sistema endocrino (EDCs) 2014, pág. 2. En el documento se lee: “El monitoreo químico-biológicos (medición de sustancias químicas en los fluidos y tejidos corporales) muestra que casi el 100% de los seres humanos tiene una carga corporal de sustancias químicas; la observación se basa en los niveles detectados en la sangre, la orina, la placenta y la sangre del cordón umbilical, y en tejidos corporales como el tejido adiposo (grasa). Algunos ejemplos comunes de EDC son el DDT y otros plaguicidas, el bisfenol A (BPA) y los ftalatos (usado en productos para niños)…” La “exposición se inicia en el útero y continúa a lo largo de todo el ciclo de vida.” plantea el documento (pág. 4).
Humberto Cárdenas Motta
Abya Yala
Abril 3 de 2019

FUENTE: PUEBLOS EN CAMINO.MÉXICO